En la nueva etapa de Los Tres de Enero, se intenta rescatar viejas canciones de aquellos años que nunca vieron la luz, salvo en sus actuaciones, o que eventualmente quedaron inacabadas y olvidadas. "No estoy loco", su primer single, se compuso en 1992 y habla abiertamente de un supuesto loco que cree firmemente que no lo es y planea escapar de su internamiento para vivir la vida al máximo nivel de hedonismo posible.
Estamos ante un material que ni es nuevo ni va a reactivar la popularidad de su sonido de factura mental y física, pero su mérito está –y eso no es poco– en reactualizar ideas que llevaban tiempo dormidas, o mal difundidas, a las que de repente se les ha dado una nueva sacudida para volver a despertar. El disco es una manera ideal de reconciliarse con este sonido explorador y puro que los verdaderos aficionados siempre saben apreciar y aplaudir.